Skip to main content

Aunque creas que ya lo has superado todo…

El bienestar emocional no siempre se nota por fuera.

Puedes tener una vida aparente en orden.

Despertador. Desayuno. Trabajo. Familia. Responsabilidades.

Das, cuidas, estás para todo el mundo.

 

Solo que por dentro, algo pesa.

Un suspiro contenido.

Una tristeza sin nombre.

Un nudo en el estómago cuando estás a solas.

Un cansancio que no se va ni durmiendo diez horas.

La sensación de estar con mucha gente, y aún así sentir la soledad.

 

¿Qué son las heridas emocionales?

Las heridas emocionales son huellas que deja lo que no supimos gestionar cuando algo nos dolió.

No se ven, aunque muchas veces dirigen nuestra vida en silencio.

A veces no se le llama por su nombre.

Quizá tu dices: «siento estrés», estás «estoy pasando una etapa difícil», «repito patrones de pareja», «la relación con tu madre es imposible» ,

Si lo que sientes se repite. Si te arrastra y se activa con frecuencia, es probable que haya algo más profundo de tu pasado que aún no has resuelto.

Algo dentro de ti se ha quedado atrapado.

Y tus relaciones personales o profesionales te lo recuerdan.

En mi experiencia, suelen originarse en momentos en los que necesitábamos sentirnos vistos, seguros o amados, y algo se rompió. A veces fue un gesto, una palabra, una ausencia… y desde entonces, sin querer, aprendimos a protegernos.

Comprender estas heridas del alma no es culpar. Es mirar de frente lo que pasó y darle un nuevo significado.

Para dejar de repetir. Para elegir diferente.

 

Señales de que puedes tener una herida emocional no resuelta

Las heridas emocionales no siempre se presentan con un trauma profundo o dramatismo.

A veces entran en silencio. Y duelen.

Te hacen dudar de ti en decisiones sencillas.

Te empujan a decir que sí cuando todo tu cuerpo grita que no.

 

 

Te llenan de culpa por descansar, por cuidarte, por pedir lo que necesitas, por querer parar.

Empiezas a creer que «eres así».

– “Siempre me ha costado decir no.”
– “Me implico demasiado.”
– “Soy muy sensible.”

 

 

 

Y no, no naciste así. Tú no eres tu herida.

Aprendiste a ser así para sobrevivir emocionalmente cuando sentiste que no te veían, cuidaban, valoraban ni respetaban como TÚ necesitabas en aquel momento.

Y ese patrón, si no se mira y escucha, se repite.

 

Tipos de heridas emocionales más comunes

Herida de rechazo

Te cuesta mostrarte tal como eres por miedo al juicio o a las críticas.

A veces sientes que tienes que esconder partes de ti para que te acepten. Esta herida hace que te desconectes de tu esencia, y te pierdas intentando encajar. 

Y decidas huir.

 

Herida de abandono

Sientes que no eres prioridad, que nadie te elige primero. Esto puede hacer que busques afecto constantemente o que temas soltar relaciones, incluso cuando ya no te nutren.

El miedo a quedarte solo pesa más que el deseo de estar en una relación sana. 

 

Herida de traición

Te cuesta confiar. Si sentiste que no cumplían lo que te prometían o que te manipulaban, aprendiste a tomar el control. Puede que te cueste delegar, pedir ayuda o abrirte del todo, por miedo a que te vuelvan a fallar.

 

Herida de injusticia

Te vuelves muy exigente contigo y con los demás.

Sentiste que no había espacio para tus emociones, que tenías que ser fuerte, eficiente. Y eso puede convertirte en alguien duro contigo y defender al débil. 

 

Herida de humillación

Te da miedo que te avergüencen o se rían de ti si muestras tus necesidades o tu vulnerabilidad.

Puedes tender a hacerte cargo de todo para que nadie te critique o te vea como una carga. El cuerpo también suele ser una fuente de conflicto interno.

 

Cada herida emocional influye en cómo sientes y te hablas.

En cómo te relacionas, cómo amas y hasta en cómo lideras en tu vida personal o profesional.

 

¿Cómo saber si tienes una herida emocional sin sanar?

No hay una única señal, y eso es lo complejo.

 

Quizá no lo reconoces en lo que sientes, sino en lo que haces (o dejas de hacer):

  • Te callas por vergüenza o miedo a incomodar.
  • Pides perdón todo el rato, incluso sin motivo.
  • Das mucho sin recibir lo que consideras a cambio.
  • Repites patrones de abandono en tus relaciones de pareja.
  • Escondes detrás del humor (a veces irónico), tu control o la autoexigencia.

 

Y un día, el cuerpo dice ¡basta!

Insomnio, ansiedad, digestiones pesadas, problemas en la piel, olvidos constantes.

Las emociones bloqueadas buscan salir.

Y si no las expresas con palabras, el cuerpo lo grita.

 

¿Es posible sanar la heridas emocionales?

La sanación emocional no es un proceso mágico.

Es una decisión firme, valiente y consciente: comprometerte contigo.

Es querer conocerte más allá del personaje que has creado para sobrevivir.

 

No necesitas tener todo claro, ni saber como empezar.

Solo necesitas mirarte con honestidad.

Y querer avanzar, porque algo te va a escocer.

 

 

 

 

 

Primeros pasos para sanar tus heridas emocionales

1. Darte permiso para sentir. Aunque no comprendas del todo eso que sientes, no lo minimices. Lo que sientes siempre tiene sentido. Escúchate. Y también a tu cuerpo.

2. Observa tus patrones emocionales. ¿Te duele que no te cuiden como tú cuidas? ¿Te cuesta pedir ayuda? ¿Del 1 al 10 cuál es tu nivel de autoexigencia y perfeccionismo? 

3. Busca apoyo consciente. Alguien que te escuche sin juicio y te acompañe a mirar lo que tú no ves. Que te guie para ponerle nombre a lo que te duele. 

Sanar es cuidarte como te hubiera gustado que te cuidaran.

Darte amor. 

Recordarte que sentir no es debilidad, sino fortaleza.

 

La auto sanación emocional es volver a ti.

No se trata de remover el pasado sin sentido. 

Se trata de liberar lo que aún condiciona tu presente.

Porque sí: cuando sueltas y liberas puedes llegar a sentir paz.

Y vivir con mayor bienestar emocional, autenticidad y paz.

 

 

Si algo algo dentro de ti suspira mientras has leido este artículo, quizá es el momento de empezar ese viaje hacia dentro.

 

Un plan de acción para saber cómo identificar tus heridas emocionales y empezar a sanarlas

Te invito a hacer el test gratuito de heridas emocionales.

Es una forma sencilla de empezar a mirarte con más curiosidad y claridad.

A ponerle nombre a eso que llevas tiempo sintiendo, y que aún no habías sabido explicar.

Descubre si tus heridas emocionales se activan en ti según en qué situaciones.

 

Realiza aquí el test de heridas emocionales:

test heridas

 
Este test te ayudará a comprender si tus bloqueos están relacionados más con el abandono o el rechazo; o quizás sientas más la injusticia o la traición. 
 
 
Pide tu entrevista de valoración gratuita para conocernos.
 
Después te escribiré un email.
 
Si deseas acelerar tu transformación y superar estos bloqueos emocionales, reserva una entrevista de valoración gratuita de 15, 30 minutos conmigo. 
 
En est​a entrevista de valoración:
 
​Te escucho, siento y analizaré tu situación.
 
Te daré orientación personalizada para tu camino de sanación emocional.
 
Si considero que ​en este momento de tu vida no soy la p​rofesional adecuada, te​ lo diré.

Si quieres y puedo, te recomendaré a quien puede acompañarte mejor. No soy psicóloga.

 

Reconocer tu herida de abandono y/o herida de rechazo, es el primer paso para dejar de autosabotearte y construir el presente que mereces.

Leave a Reply



Web financiada por el Programa Kit Digital, dentro de la subvención aprobada para la Digitalización de Empresas.