Has sentido ya cambios en ti y vas gestionando mejor el rechazo. Sin embargo, aún sigue estando presente en tu vida.
Te duele cuando tu pareja, familia o amistades te ignoran y hacen planes sin contar contigo o no respetan tu opinión. Cuando en las reuniones de empresa o amistades te sientes transparente o te miran mal si cometes errores. Quieres hacerlo todo perfecto por si te juzgan o critican. Eres consciente que en ocasiones eres tú quien termina rechazando a alguien o a las propuestas que te hacen.
La gran pregunta que te hago es, ¿te aceptas en todo tu Ser o también te rechazas a ti, a tus opiniones y metas?
Si la vida te sigue manifestando situaciones y personas en el ámbito personal y profesional que te causan molestia es porque tu herida de rechazo sigue abierta.
Venimos a este plano a evolucionar así que la seguirás sintiendo hasta que la dejes en el pasado y la sanes.
Con la mano en el corazón, si te miras en el espejo ¿aceptas y quieres a la persona que en él se refleja?