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Transforma las heridas de tu infancia en confianza, seguridad, aceptación y amor a ti. Y siente las relaciones y las situaciones que te trae la vida desde la calma, sin reaccionar.

Tomar conciencia de lo que supuso esa herida, de cómo nos afectó y afecta, del aprendizaje que nos trae… nos ayuda a valorarnos, a aceptarnos, a conectar con el corazón y a vivir un presente consciente y feliz. Nos permite dejarlas en el pasado. Nos facilita elegir qué y con quién queremos compartir tiempo, proyectos y vida.

Al profundizar en mi autoconocimiento y en mi historia personal descubrí que en mi etapa adulta sufría las consecuencias de mis heridas de infancia. Por el tipo de situaciones y relaciones que tenía, y atraía, porque la vida te propone sin cesar hasta que lo ves con claridad; por las decisiones que tomaba. Demasiados saboteos y huidas de situaciones, objetivos y personas que me llevaban a repetir el día de la marmota y pensar, Ana, ¿en serio, otra vez lo mismo?

Lo cierto es que el modo en que vivimos nuestra infancia nos afecta en la forma de sentir, relacionarnos, decidir… en la etapa adolescente y adulta.

¿Cómo nos influye la infancia?

Nos influye lo que observamos y escuchamos. Y también lo que no y que detectamos en el lenguaje no verbal o en los silencios.

Los comportamientos, las creencias y las conductas que nos transmiten papá y mamá en forma de mandatos o impulsores también nos influyen. Los observamos en nuestra madre y padre, y en las personas que nos cuidaron, quizás abuelos maternos o paternos, familiares o profesionales a nuestro cuidado. Y se graban en el subconsciente en edades tempranas.

Por ejemplo, si has observado en varias ocasiones en el comportamiento de mamá que es complaciente y se siente querida cuando complace a otras personas porque ellas se lo agradecen, vas a incorporar el mensaje como válido y necesario para poder recibir amor.

Es probable que sientas que las demás personas son más importantes que tú y hasta te escondas o muestres invisible. Les darás prioridad y vivirás tu vida en función de las necesidades de ellas. Tratarás de agradar y acceder a sus peticiones sean las que sean; incluso te anticipas a hacer por ellas sin que te pregunten. Tendrás dificultad para decir que no y poner límites en el momento que toca, y por tanto una autoestima baja.

Por supuesto sin enjuiciar a nadie. Tomar conciencia, comprender y aceptar que papá y mamá nos educan lo mejor que saben y pueden, con las herramientas y el conocimiento que tienen es un gran aprendizaje.

Esto quizá te suene algo loco: recordar emociones de la infancia también te puede facilitar el camino hacia la sanación.

¿Por qué te animo a rescatar los recuerdos de tu infancia?

Durante esos años el cerebro recibe gran cantidad de información en un espacio de tiempo corto. En esas edades tempranas nos creemos lo que nos dicen. Y también lo que no nos dicen y observamos en los comportamientos de las personas en quienes confiamos. El lenguaje no verbal nos brinda mucha información.

Vamos cumpliendo años, viviendo experiencias y desarrollando la personalidad. Establecemos relaciones y vivimos experiencias que nos llevan a otras ideas, valores y necesidades distintas. Sin embargo, no solemos cuestionamos aquello que un día creímos aunque es incoherente con quien somos.

Quizás hayas ya identificado ya esos momentos en la etapa infantil en los que te sentiste una personita desatendida, poco querida, cuidada, escuchada o protegida. Es obvio que esto está en tu corazón porque te dolió. Solo que en tu corazón también existen recuerdos agradables.

A esto me refería con rescatar los recuerdos de tu infancia:

¡elige vibrar alto!

Te invito a que conectes con las emociones y las sensaciones agradables, aquellos momentos en los que sentiste que recibiste cariño y la mirada de amor de mamá, papá, un amigo, una profe, tu mascota o el animal que veías en el parque; cuando te divertiste, hiciste un bonito dibujo…

Y también los recuerdos en los que dabas tu abrazo más profundo y el beso más sentido.

Hemos vivido historias diferentes, sin duda. Sin embargo, estoy convencida, y es mi certeza, que cada ser humano ha sentido en algún momento en su corazón que ha sido querido por otro. Y también que ha tenido la oportunidad de brindar su amor a otro ser vivo.

Transforma las heridas de tu infancia y vive el presente que mereces.

Dejar estancadas las heridas de infancia en tu corazón no te facilita mantener relaciones sanas ni tomar decisiones con claridad. Al contrario, te llena de ira, miedo y tristeza; y te frena y te coloca en un roll víctima o salvadora.

Sin embargo, tomar conciencia de tus heridas emocionales y de lo que significaron; de aquello que te dolió y las consecuencias en tus emociones, decisiones y vivencias; del tipo de personas y situaciones que atraes; del aprendizaje que te han traído, te permite conocerte, aceptarte, dejarlas ir y aprender a vivir en presente.

Comprender que tus heridas forman parte de tu pasado te abre la puerta hacia la verdadera transformación interna. Y externa, porque tu percepción va a ser diferente.  

Y sentirás que de forma natural te comportas cómo este tipo de persona:

Te respetas y te das prioridad.

Te atreves a expresar tu opinión y a mostrarte tal y como eres.

Tomas decisiones más coherentes con quién eres y tus objetivos.

Vives desde la aceptación y evitas reaccionar, hasta llegas incluso a reírte de algunas situaciones.

Fluyes con lo que acontece en tu vida.

Te abrazas, con tus luces y tus sombras.

Te relacionas desde el amor más puro.

¿Y cuándo es el mejor momento para transformar las heridas de tu infancia?

Cierto es que la adolescencia sería más tranquila si hubiéramos sanado nuestras heridas de infancia. Y nuestras primeras relaciones de pareja o profesionales. De no haber sido así siempre estás a tiempo de aprender a conocerte, llenarte de amor y confianza para vivir el presente que quieres y mereces.

¡El mejor momento es ahora!

Da un nuevo significado a tu pasado y transforma las heridas de tu infancia.

¡Cuánto antes! y disfruta tu presente.

Te invito a ir dando algunos pasos:

Medita sobre tu infancia y también adolescencia.             

Recuerda qué lograste, tus momentos alegres, divertidos y triunfantes viviste. Siente las emociones agradables en tu cuerpo cuando revives esos momentos.

Dale mimos y cariño a esa niña, a ese niño que fuiste. Reflexiona sobre cómo se sintió. Sin juzgarte y sin juzgar a papá y a mamá.

¡Practica y siente esas emociones agradables en tu cuerpo!

Observa si hay situaciones de tu etapa que adulta se repiten y despiertan en ti dolor por aquello que necesitaste en tu etapa infantil y no sentiste que te lo dieran.

Respétate como Ser adulto. Es tu responsabilidad seguir creciendo. Y aprender a relacionarte y actuar desde la mirada y el corazón de la persona adulta que eres. Comprendiendo que las heridas forman parte del pasado.

Puedes elegir vivir un yo presente consciente y que disfruta su vida.

Toma conciencia de situaciones y personas que contribuyen a que tu herida se activa en tu corazón. Elige cuánto tiempo vas a dedicarles.

Busca información que te resuene (libros, películas, canal You Tube), y dedica un tiempo cada día, 15 minutos puede ser suficiente. Tan solo comprométete.

Transforma las heridas de tu infancia para dejarlas en el pasado y disfrutar tu presente.

¿Te apetece el plan?

¡Te animo a hacer conscientes tus heridas de la infancia porque son parte de tu historia familiar!

¡Realiza el test para descubrir si la herida de rechazo y abandono están presentes en tu vida, y si estás en tu momento para dejarlas atrás, reserva tu sesión de claridad de 15 minutos!

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Esta sesión es para clarificar y determinar si soy la persona adecuada en este momento de tu vida. No soy psicóloga. Y créeme que tengo muy claro si puedo ayudarte en tu proceso o sugerirte otro tipo de profesional.

Estoy disponible para ti, para acompañarte en tu proceso de transformación personal y/o profesional si has sufrido la herida de abandono y/o la herida de rechazo que te producen estancamiento e insatisfacción en tu presente. Si ya has experimentado otras terapias y cambios, y ves que sigues repitiendo patrones y NO AVANZAS debido a las heridas de la infancia no sanadas. 

Programas online para guiarte a descubrir y dejar atrás tu herida de abandono y de rechazo. ¿Cómo te puedo ayudar?

Las heridas de infancia no sanadas te afectan en tus relaciones y decisiones presentes. 

Te guío a través de una metodología probada desde 2016 para conectar con tu confianza y seguridad y generar cambios de forma fácil, rápida y sostenible en el tiempo. Me apoyo en técnicas que actúan a nivel subconsciente como psych k online y constelaciones familiares individuales online. Terapeuta Capacitado LNT ® sesiones la nueva terapia LNT ® terapia cuantica online.

 * Estas técnicas no son tratamientos médicos o psicológicos. Sí pueden complementarlos.

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